domingo, 30 de julio de 2017

Avances de la radiologia en España

Cuando hablamos de avances de la radiología en España, hay que hacer alusión a dos aspectos distintos. Por un lado está ña formación de los profesionales, que no pueden dejar en ningún momento de aprender las nuevas técnicas, y por otro lado está el equipamiento con el que llevar a cabo éstas.


En España, hasta el 2010, se vivió un periodo dorado en lo que se refiere a adquisición de equipos de última generación, pero la crísis económica que comenzó a hacerse patente en aquellos años frenó esa tendencia. Como resultado, los profesionales de la radiología en España experimentan ciertas dificultades actualmente para acceder a la tecnología más moderna.

Ello no es óbice para que la radiología en España siga estando considerada a un muy buen nivel, habiéndose realizado importantes avances.

Los métodos de diagnóstico por imagen, como el TAC, la resonancia magnética o la ecografía resultan clave para la identificación de posibles patologías y para valorar las respuestas a los tratamientos. Esto es especialmente relevante desde el punto de vista de que, en enfermedades de tipo tumoral, la elección del tipo de terapia que se aplica al paciente tiene un gran impacto tanto sobre sus posibilidades de supervivencia como sobre la calidad de vida de la que éste podrá disfrutar.

Si hubiese que hacer mención de los mayores avances registrados en este campo podríamos hablar de los estudios de imagen cardíaca y de los de resonancia magnética cerebral. También en lo que se refiere a radiología vascular intervencionista se han producido notables mejoras.

Esta técnica se refiere al acceso al interior del cuerpo para poder identificar y tratar las enfermedades, y gracias a ella pueden llevarse a cabo operaciones como la apertura de una vena o arteria desde su interior, tratar las varices internas sin necesidad de operar y por tanto, sin dejar cicatrices, y realizar intervenciones de cáncer de hígado.

Otros de los sorprendentes avances que permite esta técnica son eliminar un tumor renal y pulmonar través de un diminuto orificio de unos 2 milímetros realizado en la piel y mandar al paciente de vuelta a casa con solo un día de ingreso o dar solución a posibles complicaciones que pudieran generarse después de una operación de trasplante de riñón y de hígado sin necesidad de llevar a cabo una nueva intervención quirúrgica.